Gestión Forestal Sostenible

La Gestión Forestal Sostenible: Clave en la Prevención de Incendios de Alta Intensidad

La gestión forestal sostenible es un concepto fundamental en la preservación de nuestros bosques y la prevención de incendios de alta intensidad. En esencia, se trata de un enfoque holístico que abarca diversos aspectos, desde administrativos y técnicos hasta ambientales y sociales, con el propósito de garantizar que los bosques continúen proporcionando bienes y servicios para las generaciones actuales y futuras. Además, esta gestión contribuye al desarrollo sostenible de las comunidades y al equilibrio de los ecosistemas.

Según la definición de la FAO, la gestión forestal sostenible busca mantener la biodiversidad, la productividad, la vitalidad y la capacidad de regeneración de los bosques. En España, la Ley de Montes 43/2003 establece que la gestión forestal sostenible implica la conservación del medio ambiente mientras se integran actividades económicas, sociales y culturales, generando empleo y mejorando la calidad de vida en las zonas rurales.

Esta gestión se traduce en acciones planificadas, como la explotación responsable de recursos como la madera, el corcho y las setas, así como la creación de espacios abiertos y discontinuidades en el bosque para frenar el avance de incendios. Además, promueve la diversidad de especies, edades y tamaños de árboles en una misma área, lo que fortalece la resistencia de los bosques ante el fuego.

La prevención de incendios forestales es esencial y se desglosa en dos fases clave. En primer lugar, la prevención busca evitar que se origine el fuego en primer lugar, apelando al comportamiento responsable en el monte, evitando quemas y minimizando la maquinaria en zonas de alto riesgo. La mayoría de los incendios (un 95%) son causados por acciones humanas, por lo que esta etapa es crucial.

En la segunda fase, cuando un incendio ya está en marcha, la prevención se enfoca en limitar su propagación. Aquí, factores meteorológicos como el viento y la humedad, así como la topografía del terreno, juegan un papel importante. Sin embargo, la variable sobre la que se puede actuar con mayor eficacia es el "combustible", es decir, la vegetación que puede arder. La gestión forestal se convierte en la herramienta clave para crear áreas con menor carga de biomasa, lo que dificulta la expansión del fuego y proporciona lugares seguros para los equipos de extinción.

Dos enfoques coexisten en esta gestión. Por un lado, la activa manipulación del "combustible" en zonas de alto riesgo, y por otro, la conservación de masas forestales maduras. Ambas estrategias se complementan y deben ser guiadas por instrumentos de planificación forestal y de emergencia. El objetivo es lograr la mayor seguridad para la población, conservar la biodiversidad y asegurar la efectividad de los servicios de extinción.

A pesar de la importancia de la gestión forestal, la situación actual refleja un déficit en la superficie gestionada. Según el anuario forestal, solo el 22,2% de la superficie forestal en España está sujeta a planes de ordenación. Esto indica una necesidad urgente de inversión, cumplimiento normativo y acceso a información precisa para fomentar la gestión sostenible y, por ende, la prevención efectiva de incendios forestales de alta intensidad.

En resumen, la gestión forestal sostenible emerge como una herramienta vital en la prevención de incendios forestales devastadores. Abordar la gestión de nuestros bosques de manera integral y responsable no solo protege la biodiversidad y los servicios ecológicos, sino que también contribuye al desarrollo sostenible de nuestras comunidades y garantiza un futuro más seguro y resiliente.