NUEVO PROYECTO: 'Mallorca en Fruit'

33.500€ concedidos

Resumen

Desde 2002, la agricultura ecológica en Mallorca ha experimentado un crecimiento constante, evidenciado por el aumento a 33.629 hectáreas en 2022, representando el 19,2% de su superficie agraria útil, acercándose al objetivo europeo del 25% para 2030.Este auge refleja el enorme potencial de la isla para una transformación agrícola sostenible, lo que podría tener un impacto significativo en la reducción del uso de pesticidas y fertilizantes, beneficiando enormemente al medio ambiente. La integración de pastos y ganado con arbolado, una práctica sostenible tradicional en Mallorca, particularmente en suelos pobres, es fundamental para preservar el característico paisaje y recursos naturales de la isla. Sin embargo, desafíos como el abandono rural, la sequía, y plagas como la Xylella han causado una notable pérdida de más del 50% de los almendros mallorquines en la última década,junto con otros frutales de secano típicos de la región, subrayando la necesidad urgente de adoptar prácticas agrícolas más resilientes y sostenibles.

Problemática

La agricultura en Mallorca enfrenta varios retos. La reducción de árboles afecta negativamente el medio ambiente, aumentando la erosión, reduciendo la retención de agua y CO2, y elevando el riesgo de incendios. Las restricciones en el uso de tratamientos ecológicos y la creciente escasez de agua por el cambio climático complican aún más la situación. A pesar del aumento de la cobertura forestal en Mallorca, se requiere una gestión forestal eficaz para minimizar riesgos de incendio y promover la sostenibilidad agrícola y ambiental.

Objetivos

  • Promover el crecimiento de la agricultura ecológica para alcanzar el objetivo europeo del 25% para 2030, a través de prácticas sostenibles que incluyan la combinación de pastos con arbolado de secano..
  • Apostar por la recuperación del paisaje en mosaico característico de Mallorca , promoviendo la adaptación al cambio climático mediante la plantación de variedades locales que requieran menos agua y que contribuyan a la fijación de carbono, aportando beneficios medioambientales y productivos.
  • Combatir el abandono agrícola y la pérdida de biodiversidad mediante la reforestación con frutales de secano, mejorando así la retención de agua, la reducción de la erosión y la captura de CO2.
  • Implementar una gestión forestal efectiva para manejar adecuadamente la biomasa existente y reducir el riesgo de incendios forestales que podrían devastar la superficie forestal de la isla.
  • Asegurar el cuidado y seguimiento de los árboles plantados para garantizar su supervivencia y contribución al ecosistema y la agricultura ecológica, con el apoyo de técnicos especializados.
Foto del campo en Llucmajor en 1956
Foto del campo en Llucmajor en 2021