Independencia energética en las Islas Baleares

Un archipiélago insular que recibe millones de turistas cada año debe enfocar su uso de los recursos con mucho cuidado. La producción, el transporte y el consumo de energía son una de las áreas prioritarias de actuación para establecer una independencia de los combustibles fósiles y reducir las emisiones de carbono. 

La Administración Pública de Baleares aprobó en 2019 una ambiciosa Ley de Cambio Climático y Transición Energética que establece las bases de las actuaciones que impulsarán el uso de las energías renovables y activarán todos los ámbitos posibles de cambio hacia un futuro más verde para Baleares.

La Ley de Transición Climática y Energética de Baleares define objetivos para todos los ámbitos de la transición energética.

Reducción de las emisiones:

a) 40 % en 2030  

b) 90 % en 2050

Reducción del consumo de energía:

a) 26% para el año 2030

b) 40% para el año 2050

Uso de energías renovables:

a) El 35% en el año 2030

b) 100 % en 2050 (70 % producido localmente).

 

Un total de 233 M€ se invertirán por parte de la Administración Pública Balear en la búsqueda de la transición energética a través de la creación de oficinas de promoción, ayudas para el fomento de la transición energética e inversiones en innovación.

Muchos retos son exclusivos de las Islas Baleares y no se han abordado hasta ahora. Las islas requieren nuevos modelos de movilidad eléctrica, descarbonización del mar y eficiencia en el ciclo del agua. El hecho de que nuestras islas tengan un territorio limitado y una distancia geográfica que cubrir, las convierte en un campo de pruebas perfecto para estos nuevos enfoques, que pueden ser fácilmente presentados, analizados y escalados a nivel internacional. Los millones de visitantes que reciben las islas cada año se convierten en los perfectos embajadores de esta transición verde.

El plan consiste en transformar la economía de las Islas Baleares hacia un modelo más diversificado y socialmente justo que garantice el acceso de todos a las energías renovables. Como resultado, mejorará la soberanía energética de Baleares. Un aumento significativo de la potencia instalada y nuevas bases para un modelo que acelerará la descarbonización de Baleares. 

La movilidad dentro de las islas y entre ellas se centra en la movilidad eléctrica y marítima, mientras que el aumento de la eficiencia energética en el ciclo del agua en las plantas desalinizadoras también impulsará un enfoque más sostenible hacia este recurso tan valioso. 

El plan global para generar una economía más resistente y diversa a través de la transición energética y la economía verde recibirá una inversión total de más de 630 millones de euros en las Islas Baleares.

 

Un proyecto de importancia estratégica: Green Hysland

 

La generación, el transporte y la aplicación del hidrógeno verde han comenzado en Mallorca. Este proyecto medioambiental de prestigio internacional, liderado por Enegás y Acciona Energía, forma parte de la iniciativa europea "Green Hysland". Se ubica en la antigua fábrica de cemento Cemex en Lloseta, en el centro de la isla. La Unión Europea ha financiado diez millones de euros de los casi 50 millones que requiere la planta de hidrógeno. El resto de la financiación ha sido aportada por las autoridades baleares y empresas privadas. La planta de generación de hidrógeno verde integra la producción de hidrógeno (H2) a través de energía solar fotovoltaica (FV). Desde allí, el suministro de hidrógeno a gran escala se conectará a otros cinco lugares de uso final del proyecto.

El hidrógeno verde tendrá múltiples aplicaciones en Mallorca: proporcionar combustible limpio a los autobuses públicos, crear energía para determinados hoteles y edificios públicos, además de poner en marcha la primera estación de servicio de hidrógeno verde de las Islas Baleares.

Una vez implantado en su totalidad, el centro de hidrógeno verde reducirá las emisiones de Mallorca en 21 mil toneladas de CO2 al año. Parte del hidrógeno verde se transportará e inyectará en la red de distribución de gas natural de la isla, produciendo así la descarbonización a través de una mezcla de H2 y gas natural entregada directamente a los hogares y empresas de la isla. 

Las empresas locales concienciadas también están formando parte de la creación de este ecosistema de energía limpia. El grupo hotelero Iberostar es pionero en este movimiento con su agenda de sostenibilidad basada en políticas de economía circular: estar libre de residuos y ser 100% responsable de la cadena de suministro de productos del mar de la empresa para 2025 y alcanzar la neutralidad de carbono para 2030. 

Otros sectores económicos industriales, de movilidad, entidades públicas y privadas se sumarán al uso de esta energía renovable, reforzando el proyecto de energías renovables de Mallorca, así como la reindustrialización de Lloseta y su entorno con proyectos compatibles con las actividades existentes.

Mallorca es una plataforma ideal para desarrollar este primer centro de hidrógeno renovable en el sur de Europa. Los hallazgos de Green Hysland entregarán a Europa una proyecto de descarbonización de las economías insularesy un caso práctico sobre la contribución del hidrógeno verde a la transición energética y a los objetivos de cero emisiones en 2050.

 

Green Hysland
Green Hysland

Soluciones de movilidad ecológica para las Islas Baleares

 

El transporte es uno de los principales ejes del modelo de transición energética. La movilidad por tierra consume el 7,2% de la energía en Baleares y genera el 22% de las emisiones de CO2.

El objetivo es establecer al menos cuatro líneas estratégicas de transporte en todas las islas. Además, se prevé crear modernos sistemas de bicicletas o motos eléctricas compartidas, así como promover sistemas de coches compartidos en todos los sectores. El objetivo es establecer al menos diez sistemas de alquiler de vehículos que implementen estas nuevas modalidades, que transportarán hasta 5.000 personas al día.

A raíz de la Ley 7/2021 de Cambio Climático del Estado los territorios insulares y los municipios de más de 50.000 habitantes deben crear Zonas de Bajas Emisiones. Esta obligación requiere una ayuda financiera para la creación de estos proyectos en las Islas Baleares. El objetivo es financiar siete proyectos de Zonas de Bajas Emisiones y la capital, Palma, ya lo está llevando a cabo en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

 

Para el éxito de la implantación de la movilidad eléctrica, es imprescindible contar con una buena red de puntos de recarga que no aumenten la demanda energética, es decir, que sean autosuficientes. Está previsto financiar 2.000 puntos de recarga con instalaciones fotovoltaicas suficientes para suministrar entre 10 y 15 MWp. Estos 2.000 puntos de acceso público supondrían triplicar la demanda energética, duplicando el objetivo fijado para Baleares en 2025 y estableciendo una proporción de un punto por cada 300 vehículos aproximadamente. Con este esfuerzo, todas las Islas Baleares se convertirían en una zona habilitada para la movilidad eléctrica al 100%.

Según la Ley 10/2019, los paneles fotovoltaicos deben instalarse en los aparcamientos públicos de más de 1.000 m2 y en los privados de más de 1.500 m2. Además, se pretende dar prioridad al reparto de la energía generada en el aparcamiento. Se estima que con la instalación de estos paneles se podría cubrir más del 6% de la demanda eléctrica de la comunidad autónoma.

En cuanto a la descarbonización del mar, las Islas Baleares han creado instrumentos para acompañar la electrificación de hasta 20 puertos baleares y la instalación de aproximadamente 15 MWp. Además de los puertos, los buques deben adaptarse a una combustión más limpia. Se espera que esta acción produzca alrededor de 10 MWp de generación renovable, 5 MWh de almacenamiento con diferentes tecnologías y al menos una línea marítima interinsular descarbonizada.

 

Eficiencia energética en el ciclo del agua de las Islas Baleares

 

En cuanto al ciclo del agua, es uno de los principales consumidores de energía en las islas, desgraciadamente a menudo con poca eficiencia. Las plantas de desalinización y depuración requieren una gran cantidad de energía y son necesarias para crear agua potable, un recurso escaso en los territorios insulares. Por ello, la eficiencia y el uso de las renovables en el ciclo del agua es una inversión estratégica para las Islas Baleares. Las 15 instalaciones recibirán aproximadamente 30 MWp de autoconsumo, ya sea en el propio lugar o a través de la red y soluciones de almacenamiento. También se pretende financiar un sistema de baterías en los embalses de Mallorca y almacenar energía hidráulica que puede generar 12 MW.

 

Comunidades energéticas y redes inteligentes

 

En las Islas Baleares, las comunidades energéticas son clave para continuar el proceso de democratización de la energía. El objetivo es incluir a los ayuntamientos, las empresas y los particulares, así como al propio Gobierno balear, a través del Instituto Balear de la Energía, en la definición, ejecución y seguimiento de las políticas energéticas.

Para poder contar con un sistema 100% renovable, la red existente debe adaptarse a esta tecnología. Para ello será necesario incorporar proyectos de gestión de la demanda, simulación de inercia, almacenamiento y aumento de la capacidad de conexión a la red para poder absorber la generación renovable que llegará. El objetivo de estas actuaciones es establecer proyectos piloto que se extiendan a otros lugares donde se produzcan problemas relacionados con la red, teniendo siempre presente que la planificación de la red de transporte y la adaptación de las redes de distribución son el elemento fundamental.

 

Green Hysland

Desconexión de la central térmica de carbón Es Murterar

 

Una de las primeras grandes consecuencias visibles de este gran esfuerzo por la implantación de las energías renovables en las Islas Baleares es la desconexión progresiva de la central energética de Es Murterar en Mallorca. Las unidades 1 y 2 de Es Murterar, que son las más contaminantes, se han parado por completo y las unidades 3 y 4 han reducido fuertemente sus horas de trabajo anuales, lo que ha producido una reducción del 90% de las emisiones de la que era la principal planta de producción de energía de las islas y, con esta acción, la dependencia del carbón se ha reducido del 50% al 5%.

Además, la segunda conexión marítima submarina con la red peninsular prevista para los próximos cinco años, el aumento de la producción de energías renovables y el incremento de la eficiencia del sistema energético en Baleares llevarán a una desconexión definitiva y total de Es Murterar prevista para 2026.